El pequeño asentamiento de Koke en la apartada zona eki de Papúa Nueva Guinea alberga una atracción imperdible. Muchos miembros del clan a han sido momificados y colocados en un acantilado bajo un pequeño saliente. Estas momias sirven como intermediarias entre este mundo y el más allá, y como tales, son veneradas por los lugareños.
Moimango, un chamán y guerrero cuyo cadáver se había descompuesto a lo largo de los años debido a la exposición a los elementos, es una de esas momias. Los científicos e investigadores han reparado minuciosamente el cuerpo de Moimango usando componentes encontrados en el bosque local. Este proceso de curación no solo mantiene su cuerpo intacto sino que también permite que su alma permanezca activa y útil para la comunidad incluso después de que su cuerpo físico se haya deteriorado.
El papel vital de estas momias ahumadas fue descubierto por Ronald Beckett, bioantropólogo y profesor emérito de la Universidad de Quinnipiac en Connecticut. Su investigación arrojó luz sobre las intrincadas técnicas utilizadas por la tribu para crear estas momias, preservando y preparando a sus antepasados fallecidos para el más allá.
Las momias, incluido Moimango, tienen una importancia inmensa dentro del clan Αոɡа. Se cree que mantienen poderosas conexiones con el reino espiritual, sirviendo como intermediarios entre los vivos y los espíritus del mundo de los fantasmas. Se cree que las almas de los difuntos residen dentro de estos cuerpos momificados, y la comunidad busca su guía, protección y bendiciones.
El caserío de Koke se encuentra en una región aislada, protegida por montañas y una costa con puertos que la mantienen en contacto con el resto del mundo. Las antiguas costumbres y creencias del clan han sobrevivido a pesar de las influencias modernas, como la extracción de oro. Los antepasados momificados siguen siendo figuras significativas en las prácticas religiosas y culturales de la comunidad.
La presencia de estas momias sirve como un recordatorio constante de la profunda historia y la profunda conexión entre los vivos y el mundo de los espíritus. A medida que la modernización presenta desafíos para estas comunidades, la presencia perdurable de sus extraordinarios ancestros en lo alto de los acantilados de Koke brinda consuelo y orientación. Las momias, encaramadas en sus sillas únicas, cierran la brecha entre los reinos físico y espiritual, preservando la rica herencia del clan Αոɡа para las generaciones venideras.